martes, 15 de enero de 2013

LA MENTE, UN RENOVADO PROCESADOR



“Al usar el procesador de texto, yo mismo me había convertido en una especie de procesador de texto” Es la explicación perfecta de como es que nuestros procesos de lectura y pensamiento han cambiado con el tiempo, a medida que se incrementa en uso de tecnologías en nuestra vida cotidiana.

La inteligencia ha aumentado exponencialmente a través de las décadas, ¿pero esto quiere decir que nuestros antepasados eran imbéciles?

No es que seamos más inteligentes que ellos, sino que hemos aprendido a aplicar nuestra inteligencia a un conjunto de problemas nuevos, no somos mas inteligentes que nuestros padres, nuestra forma de pensar es distinta, tenemos una inteligencia distinta, no son cerebros mejores son cerebros diferentes.

La mayor parte del aumento de las puntuaciones globales se puede atribuir a un mejor desempeño en pruebas de rotación mental de formas geométricas, identificación de similitudes entre objetos dispares y ordenamiento de polígonos en secuencias lógicas, pero hemos experimentado poco progreso en el conocimiento personal, las habilidades académicas básicas, o en la capacidad de expresar  ideas complejas de manera sencilla.

¿Qué hay,  entonces, detrás del efecto Flynn? ¿Acaso la alimentación,   las familias más pequeñas, o la obligatoriedad de la educación? ¿Cómo es que la gente es más inteligente y sin embargo no tiene un vocabulario más rico, ni almacena más información, ni posee mayor capacidad para resolver problemas aritméticos?

Pero lo que busca google es la criba de la información, que leamos y desechemos cada vez más rápido la información, y leamos la nueva información, que rápidamente será reemplazada por otra aún más nueva, en un corto periodo de tiempo, desalentando así cualquier compromiso profundo y prolongado con un solo argumento, idea o narrativa.

Porque lo ultimo que quiere google es una lectura pausada o lenta, google se decica a convertir nuestra distracción en dinero.

El cambio en la forma de leer ha cambiado mucho por el internet, ya no buscamos comprender la connotación del texto, sino que buscamos rápidamente información relacionada, esto sustituye la excavación lenta en busca del significado.

El precio que pagamos por asumir los poderes de la tecnología es la alienación, un peaje que puede salirnos particularmente caro, porque adormecen las intimas capacidades naturales: las de la razón, la percepción, la memoria, la emoción.

El autor hace énfasis en la evolución de la escritura y la lectura, comenzando a plasmar nuestras letras en arcilla, barro y tablilla, continuando por el papiro y el cuero hasta llegar un hoy por hoy al papel y cambiar rápidamente a lo digital, cambio en el que hoy en día vemos sus consecuencias.

Nicholas Carr hace énfasis en el significativo cambio que tuvo nuestro cerebro a partir de la evolución de nuestros medios de comunicación, considerando que nuestra concentración y comprensión lectora se han reducido a medida que los hipervínculos y la propaganda consumen la pantalla de nuestro ordenador, perdiendo la razón de búsqueda y precipitándonos en un mundo de difusión informativamente desinformada que ofrece el mundo digital.

“No leo libros” “no es un buen uso de mi tiempo” dice Joe O’shea, Quien presumidamente dice que sentarse a leer un libro hoy en día no tiene sentido, pero… ¿qué clase de libros? El autor nunca aclara que clase de libros pero lo que si es evidente es que a lo largo del libro hacen énfasis en los libros académicos o técnicos. ¿Qué hay de la literatura? ¿Dónde queda? Aunque es completamente posible leer los libros vía internet sigue siendo la misma labor, leer un libro.
Carr, N. (2011). Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Bogotá: Taurus

Mónica Osorno
Christian Sánchez
Ana María Góez

lunes, 10 de diciembre de 2012


No nacimos para leer, sino para aprender.

Cómo aprendemos a leer de Maryanne Wolf, es un libro que, más allá de exponer la evolución y cambios que ha sufrido tanto la lectura como el cerebro del lector con el paso del tiempo, es un libro que da claves bases para entender el porqué de las diferencias entre un lector y otro.

“No nacimos para leer”, así inicia Wolf su libro, donde en su primera parte explica, cómo a través de la historia se ha modificado nuestro cerebro y adaptado a la lectura y escritura, pasando por el inicio del alfabeto hasta el porqué de la dislexia en los niños.

Cuando leemos trasmigramos, es en ese momento en el que dejamos nuestra conciencia para entrar en la de un personaje, aunque de cualquier forma, la conciencia del escritor; a medida que leemos nuestro cerebro examina todos los significados posibles a una palabra, y así adaptamos la definición correcta por contexto, es una de las actividades más rápidas y complejas del cerebro.

“El alfabeto no crea un cerebro mejor si no diferente” ya que a partir de los conocimientos que obtenemos cada día, configuramos nuestro cerebro y nos adaptamos a la lectura.

Aunque mucho más a fondo en el libro, esté habla del cambio que ha sufrido la escritura y la lectura a través del tiempo, de cuáles fueron sus inicios y de como se observa en la actualidad. Así entonces habla de cómo el alfabeto dio inicio como un sistema de símbolos y logos, los cuales eran silábicos, pero solo eran comprensibles para quien lo escribiera. Habla también del primer alfabeto, que no está completamente definido, ya que se disputan los primeros indicios las inscripciones que hay en la cueva de Wadi el-Hol y el sistema de escritura ugarítico.

Mientras las diferentes formas de escribir se modificaban con el paso del tiempo, en la antigua Grecia, Sócrates defendía sus ideas que iban en contra de la escritura, aunque suena paradójico, conocemos la filosofía de Sócrates por la escritura, pero este no estaba de acuerdo con ella, decía que la cultura oral se perdería, lo oral era lo valioso, ellos tenían una excelente memoria para cualquier manifestación de palabras. Aun así, el sistema griego es el primer sistema que cumple con las condiciones exigidas a un verdadero alfabeto por ende fue el que permitió al ser humano avanzar a pasos agigantados.

A lo largo del libro Wolf hace énfasis en la neurología, la psicología y la literatura para explicar ciertos procesos del cerebro mientras leemos, citando autores y libros reconocidos los cuales hacen más fácil la comprensión de sus explicaciones. No todos leemos de la misma forma, ni entendemos igual lo que leemos, lo que comprendemos con un libro que hemos leído a los 10 años, que cuando lo leemos a los 15 y más tarde, a los 20 es muy diferente, a medida que creemos y obtenemos nuevas experiencias y aprendizajes damos un significado diferente a las palabras; como cuando aprendemos a hablar otro idioma, las partes de nuestros cerebro que se activan al hacerlo son muy diferentes debido a la forma de escritura y su fonética, como el mandarín una lengua monosilábica y el español, con un alfabeto.

Datos curiosos que trata el libro, es que según Wolf aprender a leer es un proceso que no tiene edad de inicio, un niño puede aprender a leer a los 5 y otro a los 7 pero ello no significa que uno de los niños tenga problemas de aprendizaje, sencillamente es diferente. Una de las formas que menciona para aprender a leer es la alfabetización temprana, sucede cuando el niño se relaciona con la lectura desde su infancia al escuchar leer por una persona que él considera valiosa, así unifica la lectura con el cariño y es una excelente forma para comenzar su proceso con la lectura.

En sí es un libro con más de un experimento, más de un autor, más de una historia, más de un dato curioso que vale la pena adquirir. Es u libro que nos da claves perfectas para cambiar los métodos de lectura y a la vez bases para instruir a quienes desde ya deben cultivar un buen hábito de lectura en quienes apenas están comenzando con este camino. La mejor invitación tal vez, es cómo diría Wolf con sus propias palabras al final del libro: “Un libro sobre la manera en que nuestra especie aprendió a trascender el texto no debería tener última frase. Amables lectores es todo suyo…”

Wolf, M. (2008). Cómo aprendemos a leer. Historia y ciencia del cerebro y la lectura. Barcelona: Ediciones B

Mónica Osorno
Ana María Góez Jaramillo
Christian G. Sanchez Ch.

viernes, 26 de octubre de 2012



Composición y cognición, dos procesos básicos a la hora de escribir.

Texto: Describir el escribir
Autor: Daniel Cassany
Capítulos 3 y 4: ¿Qué es el proceso de composición? y Un proceso cognitivo.

Después de un arduo análisis de estos dos capítulos ¿Qué es el proceso de composición? y Un proceso cognitivo, podríamos referirnos a ellos en orden y concluir que:

En “¿Qué es el proceso de composición?” describe que escribir bien implica el manejo adecuado y oportuno de estrategias de composición que permitan expresar claramente las ideas tales como: tener en cuenta la audiencia a quien va dirigido el texto, planificar antes de empezar a redactar, leer y releer lo escrito.

Teniendo en cuenta las características de los escritores es posible identificar dos prosas, la primera es la del escritor, la cual consiste en plasmar las ideas de manera desordenada y solamente podría ser entendida por el autor, y la de lector, en la que está completamente terminada y redactada de forma tal que la audiencia lo pueda entender.

Durante el proceso de escritura el autor puede tropezarse con deficiencias tales como la gramática, las características textuales y el contenido; aquellas de tipo gramatical pueden ser solucionadas usando el código adquirido, es decir, usando las reglas gramaticales aprendidas o consultando otras fuentes; las de tipo textuales se enfocan en características como la coherencia, adecuación y disposición en el espacio; y finalmente, las de contenido, incluyen falencias que pueda tener el autor sobre el contenido del texto y puede mejorar desarrollando y creando ideas o estudiando diversidad de fuentes.

Ahora bien en el otro capítulo, “un proceso cognitivo”, D. Cassany nos habla de los procesos cognitivos que desarrollamos al momento de producir un texto, durante la composición no somos muy conscientes de cómo trabaja nuestro cerebro en organizar las ideas, sin embargo un buen texto consta de una buena planeación, primero planificar, qué es lo que queremos decir y cómo nos queremos hacer entender y así pasar a la transcripción de esas ideas en la redacción de un texto y finalmente hacer una examinación, sencillamente necesaria porque aquello que en un principio redactamos nunca debería ser nuestro producto final.

Así también, explicaba básicamente como es el funcionamiento de este método, donde los planteamientos no son lineales, son jerárquicos, el proceso de escritura se da mediante una red de objetos, esta red la trabaja nuestro cerebro, solamente se da mientras escribimos mas no antes y por esto es que los planes que tenemos para un texto varían, como ya se había trabajado en la primera parte del libro, un buen escritor tiene la capacidad de unir ideas que resultan a medida que produce un texto, no se queda en la idea que inicialmente pensó.

El proceso de composición puede llegar a durar hasta días, pero ¿Qué pasa con los textos más comunes como reseñas, relatorías, ensayos, en los que un estudiante no tiene mucho tiempo de hacer borradores? ¿Aún es consciente de su proceso? ¿Qué tan eficaz es?

Si bien están por capítulos y en un orden en el libro, nuestra posición frente a una jerarquización de lo importante de los dos procesos podríamos decir que no existe, los dos y cada uno de los procesos cumple un papel básico a la hora de escribir, supliendo al escritor de métodos y técnicas necesarias para darse a entender. Cassany, nos hace una invitación para hacer uso de las prosas que nos plantea, nos proporciona soluciones a las falencias que se le presentan a todo autor, y finalmente, nos obsequia una guía fundamental para obtener un buen proceso de composición en cualquier texto, al igual que el concepto general de como el escritor recurre a idea que salen mediante se practica dicha escritura como tal.

Mónica Marcela Osorno
Ana María Góez
Christian G. Sánchez

viernes, 28 de septiembre de 2012

Relatoría




Texto: Describir el Escribir
Capítulos: “¿Que es el código escrito?” y “Leer como un escritor”
Autor: Daniel Cassany
Fecha: 28 de septiembre de 2012


El texto “¿Qué es el código escrito?” de Daniel Cassany, pretende explicar la forma mas adecuada de presentar un contenido escrito u oral. La adecuación de la información teniendo en cuenta el entorno y el público al que se vaya a dirigir dicho tema, esto quiere decir, ser consientes de la disposición del espacio. El saber manejar la cohesión, coherencia y la gramática es fundamental para un buen emisor. El autor hace alusión a las diferencias entre el código escrito y el oral, tomándolos como independientes y a la vez complementarios uno del otro. Cassany resalta las diferencias entre un escrito para ser leído y uno para ser dicho y los requerimientos comunicativos propios de cada uno.  Finalizando el primer capítulo del libro “Describir el Escribir” el autor plantea que el código no es innato, es aprendido del exterior y que se fortalece por medio de la lectura, la cual contribuye a mejorar la gramática, la ortografía y la redacción.

En el segundo capítulo “Leer como un escritor” el emisor del libro plantea que no hay mejor forma de aprender que con un ejemplo, el estudiar la teoría gramatical no ayudará tanto como leer un libro que utiliza la técnica directamente. Hace énfasis en que todos los escritores han sido buenos lectores, pero no todos los buenos lectores han sido buenos escritores y esto  se debe a que leemos como receptor cuando deberíamos leer como un emisor.

En estos dos capítulos el autor hace una invitación a tomar conciencia de nuestras técnicas de lectura, a profundizar y buscar métodos mas eficaces que los de memorizar reglas ortográficas o gramaticales, resalta los innumerables beneficios de LA LECTURA CONCIENTE y contribuye con una excelente recomendación, leer como escritor, fundamental a la hora de entender un texto y enriquecer un sin número de capacidades orales y escritas.

Mónica Marcela Osorno Duque